A lo mejor si escuchamos la palabra topper no la relacionamos directamente con un colchón o una cama, en cambio si nos hablan de un sobrecolchón o cubrecolchón nos resulta más familiar.
Un topper no es más que un colchón más fino que el que tenemos en nuestra cama y que es colocado sobre este último.
El sobrecolchón tiene las mismas medidas que puede tener un colchón, además se engancha a éste con unas cintas elásticas de goma colocadas en las esquinas y de este modo que ambos queden bien sujetos.
Existen diferentes tipos de cubrecolchones, los podemos encontrar de espuma, de látex o viscoelásticos.
Podemos decir que un topper es el complemento ideal para cualquier tipo de colchón aumentando la acogida del mismo.
Algunos motivos de por qué utilizar un topper son los siguientes:
- Protege el colchón al estar colocado sobre él, la suciedad no le afecta directamente.
- Mayor altura de superficie. Aumenta el confort debido a que es mayor la densidad del colchón.
- Se adapta a cualquier tipo y medida de colchón.
- Consigue una mayor transpirabilidad. La mayoría de los sobrecolchones son viscoelásticos o están elaborados con tejidos naturales.
- Higiene: Se quita fácilmente para poder lavarlo.
- Prolonga la vida útil del colchón. Es un complemento que ayuda a mantener el colchón en buen estado.
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